lunes, 15 de febrero de 2010

Obesidad Infantil




Se refiere como obesidad infantil a la condición en la cual un niño o adolescente pesa más libras de las adecuadas con relación a su estatura. La obesidad infantil es una condición que debe tomarse muy en serio, por el riesgo que representa para el desarrollo de enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión o enfermedad cardiovascular en etapas posteriores de la vida. La obesidad infantil se asocia también con falta de autoestima, depresión y dificultad para concentrarse en el colegio.

En la mayoría de casos la obesidad infantil es una consecuencia de un desequilibrio entre la ingesta y el gasto energético. Niños y adolescentes con un elevado consumo de calorías y con un estilo de vida muy sedentario. En casos especiales puede estar asociada a descontroles de tipo hormonal, pero no es lo más común.

Factores de riesgo para el desarrollo de obesidad infantil:

1. DIETA: en niños y adolescentes con sobrepeso se observa una predicción por la ingesta de bebidas azucaradas, dulces, golosinas y comida chatarra. Todos estos alimentos son muy densos en energía y su abuso se asocia a ganancia de peso inadecuada.
2. SEDENTARISMO: los niños y adolescentes necesitan realizar una gran cantidad de actividad física para mantener un peso saludable. Los niños y adolescentes sedentarios son más propensos a aumentar de peso pues no son capaces de gastar el excedente de calorías que han ingerido. Los niños y adolescentes sedentarios usualmente pasan mucha parte del tiempo sentados frente al computador o la televisión, y en muchas ocasiones, lo hacen acompañados de un plato o bolsa de chucherías y bebidas azucaradas.

3. GENÉTICA: la herencia juega un papel importante en la predisposición para tener sobrepeso u obesidad. En la actualidad se están haciendo estudios para comprobar si ciertos genes juegan algún papel en el desarrollo de la obesidad en edades tempranas de la vida.

4. FACTORES PISCOLÓGICOS: algunos niños y adolescentes usan la comida como un mecanismo de escape para lidiar con las presiones escolares y familiares. Esto se da usualmente cuando los padres han utilizado los alimentos como una recompensa para manejar emociones como tristeza, aburrimiento, recompensa por una tarea bien realizada, etc.
5. ENTORNO FAMILIAR: los niños son el reflejo de los padres, por lo tanto, si un niño o adolescente ha crecido en un ambiente en el cual abundan las golosinas, chucherías, comida rápida y bebidas azucaradas, esas serán las costumbres que tenga cuando sea mayor. Los padres son los encargados de poner el ejemplo y establecer, desde edades tempranas de la vida, hábitos de alimentación y de estilo de vida saludables.

6. FACTORES SOCIOECONÓMICOS: en muchos casos, la obesidad se da como resultado de la falta de educación familiar en cuanto a dieta balanceada y hábitos adecuados de actividad física. La escasez de recursos provoca que los padres estén fuera de casa todo el día trabajando, y por lo tanto, los niños y adolescentes se encargan de su propia alimentación y no siempre hacen las mejores elecciones.


Estrategias de prevención y tratamiento

Cuando se observa que un niño o adolescente ha empezado a ganar de peso de manera descontrolada, es importante hacer un análisis de los cambios que pueden haber surgido en su vida (hogar, colegio, actividad física, pubertad, etc). Es muy importante descartar cualquier factor médico que pueda haber influido en la ganancia de peso.; para esto, lo ideal es consultar con un endocrinólogo pediatra, pues es la persona ideal para abordar este tipo de condiciones.

Al haber descartado cualquier causa médica, será necesario hacer una evaluación detallada de los hábitos del niño o adolescente, evaluar también su entorno escolar y familiar para determinar los puntos de riesgo.

Una vez identificados los puntos críticos se deberá trabajar en una estrategia de cambio de hábitos de alimentación y estilo de vida. Si es una persona sedentaria, buscar formas de incorporar más actividad física en la rutina diaria. Eliminar de la casa chucherías y golosinas y tener siempre a la mano fruta y vegetales frescos para que puedan elegirlos en las refacciones. Sustituir las bebidas azucaradas por agua pura, agua mineral con un chorro de jugo de frutas natural, té frío natural, et.

Si el caso lo amerita, se deberá acompañar el tratamiento médico y nutricional con terapia psicológica, de preferencia con un psicólogo pediatra, para lograr un manejo integral del paciente y lograr los mejores resultados.


Licda. Paola Toriello
Nutricionista clínica
Educadora en Diabetes


6ª avenida, 7-39 zona 10. Edificio Las Brisas, Oficina 405
Tel. 2385 9741 al 43



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