sábado, 12 de diciembre de 2009

Se tomó su veneno hoy?


La respuesta a ésta pregunta probablemente es sí. Aunque usted no lo sepa. Y lo peor de todo es que probablemente también esté envenenando a su familia, sin haberse percatado de ello.

Comer bien...sano implica ingerir alimentos "seguros", es decir, libres de contaminación física, microbiológica y de pesticidas residuales, en adición a las otras características que percibimos como beneficiosas (sin colesterol, por ejemplo)

Por cierto, los niños, mientras más jóvenes, son más propensos a sufrir las gravísimas consecuencias de la acumulación de pesticidas en sus todavía frágiles organismos.

Estas aseveraciones no tienen la intención de causarle pánico, pero sí de informarle correctamente sobre la realidad nacional. Muy pocos hablan del tema, por lo delicado, por conflicto de intereses, o por ignorancia.

Sigamos.

Si usted compra sus frutas y vegetales en los mercados públicos (La Terminal, la CENMA, o cualquiera de los otros mercados municipales en el país) es bastante probable que los perecederos en mención contengan niveles de pesticidas residuales (químicos venenosos) muy por encima de los límites máximos recomendados por las agencias internacionales de agricultura y salud relacionadas con el tema.

Desafortunadamente hablamos de alimentos de consumo ordinario, alimentos que usted compra, cocina y consume en su casa todos los días. Pero que también consume en restaurantes y hoteles cuando sale "a comer fuera" y que, directa o indirectamente, también hacen sus compras de frutas y vegetales en los mismos lugares.

Pero, porqué estamos hablando de ésto?

Porque como nosotros producimos, procesamos y distribuimos los vegetales que vendemos, y lo hacemos siguiendo las más estrictas normas de Buenas Prácticas Agrícolas (normas y regulaciones de la certificación GlobalGAP) y conocemos la realidad nacional porque estamos en el negocio, sabemos exactamente de lo que estamos hablando.

Y porque creemos que, sabiendo del asunto y de sus graves consecuencias, tenemos la obligación moral de decírselo. Al final del día, usted está en total libertad de escoger en dónde hace sus compras de frutas y vegetales, pero al menos queremos que haga una decisión informada, y que asuma la reponsabilidad de sus decisiones, buenas o malas.

Pero, qué son los pesticidas y por qué tanta alaraca?

Explicándolo de una manera resumida y sencilla, son sustancias químicas diseñadas para "eliminar" insectos y microorganismos patógenos (hongos, bacterias, etc.) que afectan adversamente los cultivos y que, consecuentemente, ocasionan pérdidas económicas de importancia a los agricultores (algo así como "matar" moscas y cucarachas en su casa con el "Flit").

Estos productos actúan de diversas formas en los organismos que tienen que controlar. Afectan mortalmente sus sistemas nervioso, digestivo y respiratorio, entre otros efectos y reacciones letales. Es una "guerra química" literalmente hablando, y las enormes y poderosas empresas multinacionales de tecnología agrícola invierten miles de millones de dólares en investigación y desarrollo de nuevos productos cada año, aunque también es cierto que invierten para hacerlos más seguros para nosotros, los usuarios y consumidores.

Al igual que en los humanos, cada plaga o enfermedad tiene "su propia medicina". Y su propia dosis. Cuando se hace un uso correcto, responsable y seguro de los pesticidas químicos el efecto de control en las plagas y enfermedades logra su cometido, con un efecto colateral adverso en los consumidores y el medio ambiente muy bajo (el problema no está en los pesticidas químicos per se, sino en la forma de utilizarlos).

Digo muy bajo puesto que, efectivamene, si hay un efecto adverso innegable, sobre todo en el medio ambiente.

Entonces, en dónde está realmente el problema?

Vamos por partes.

El ciclo de vida de los insectos es de unas cuantas horas a unos cuantos días. Eso quiere decir que en un año pudieron haber miles de generaciones de insectos de la misma familia. Como la capacidad de adaptación de los insectos es asombrosamente eficiente, en esa cantidad de generaciones desarrollan resistencias a los pesticidas que se utilizan en su control y, adivinó bien, los pesticidas ya no los controlan cuando las aplicaciones se hacen en las dosis e intervalos recomendadas por el fabricante(es lo mismo que está pasando hoy en día, que algunos antibióticos ya no controlan todas las enfermedades que se suponía debían controlar, porque los virus o las bacterias mutaron)

Entre otras buenas prácticas, como "trampas" y rotación de cultivos por ejemplo, un programa de producción agrícola profesional lo que hace es implementar lo que se conoce como "alternación" de plaguicidas, lo cual quiere decir que no se utiliza el mismo producto, o molécula, de forma rutinaria. Se alterna su uso para, precisamente, no crear resistencias.

Debido a lo anterior, el agricultor tradicional, generalmente poco o nada educado sobre el tema y acostumbrado a un solo producto, y a una sola manera de hacer las cosas, aumenta peligrosamente las dosis y las frecuencias de aplicación con el fin de "liquidar" a las plagas cuando éstas se vuelven resistentes. Y tampoco respeta "el período de carencia", o sea, el lapso de tiempo que debe de transcurrir entre la última aplicación del plaguicida y la cosecha del producto, para que su residualidad esté abajo de los valores máximos recomendados.

Y entonces?

Pues resulta que las frutas y vegetales que usted compra para consumir sin conocer su origen y la forma en que fueron producidos, muy probablemente contengan pesticidas residuales que, aunque en pequeñas dosis, se van acumulando en su organismo, y en el de sus hijos, ocasionándole los mismos efectos adversos para su salud que el que ocasionan en las plagas y enfermedades que controlan. Afectan seriamente su sistema nervioso, inmunológico y respiratorio. Le ocasionan alergias, problemas gastrointestinales y, en ocasiones, cáncer. También son un factor de riesgo para la aparición de malformaciones congénitas y posiblemente, abortos.

Entiéndalo bien, estos venenos están diseñados para matar.

Utilizados correctamente son seguros y beneficiosos para la agricultura. Usados irresponsablemente, o ignorando sus implicaciones (muchísimos agricultores tradicionales son analfabetas) pueden ser la causa de muchos de sus problemas de salud, y los de otros miembros de su familia, sin que usted esté asociando la causa-efecto.

Y, cuidado aquí, si usted cree que porque lava bien sus frutas y vegetales se acaba el problema, pues déjeme decirle que no es así. Puede eliminar la contaminación física (tierra por ejemplo) y la microbiológica (proveniente de aguas de riego contaminadas) pero no elimina los pesticidas sistémicos que han ingresado al producto. No le cambian ni el sabor, ni el color, ni ninguna de sus otras características organolépticas, pero le matan lentamente. Son un asesino silencioso, pero muy efectivo.

Así es que, mi recomendación, por supuesto, es de que usted compre sus frutas y vegetales en establecimientos de reconocido prestigio, y que compre productos "de marca".

Las empresas o productores que venden en dichos establecimientos han tenido que pasar por un proceso de selección previa, son productores registrados en el MAGA y son auditados regularmente por los departamentos de aseguramiento de la calidad de dichos establecimientos (Walmart hace pruebas de residualidad sin advertencia, por ejemplo).

Ésto, por supuesto, no garantiza completamente que los productos sean seguros, pero, a no ser que usted produzca sus propias frutas y vegetales, es su mejor respaldo de que los productos que compra son seguros para consumir.

Efectivamente, hacer sus compras en el "super" es más caro. Pero puede ser la mejor inversión en salud que haga regularmente. Recuerde, su salud, y la de su famila, no tienen precio.

No hay comentarios: